Foto de grupo frente a la entrada del MUMI |
El pasado 28 de enero el Museo de la Siderurgia y la Mineríade Castilla y León, dentro de su programa MSM Activo, organizó una visita al
Museo de la Minería y la Industria de Asturias (MUMI), situado en la localidad
de El Entrego, en plena cuenca carbonífera del Nalón. Como ya viene siendo
habitual en esas fechas de invierno en las que el CIM permanece cerrado, los
guías del CIM nos apuntamos para continuar aprendiendo y conociendo mejor otros
museos de temática minera e industrial.
La salida tenía lugar desde Cistierna (León), hasta donde
tuvimos que acercarnos para coger el autobús que nos dejó frente al edificio
del MUMI sobre las 11:45.
Zona expositiva del MUMI |
El MUMI es uno de los museos más visitados de Asturias. Cuenta
con una parte expositiva y una mina imagen construida en el subsuelo del
edificio. Exteriormente, destaca el edificio cilíndrico central con dos naves
laterales adosadas que albergan las exposiciones, sobre el cual se sitúa un
gran castillete que, a través de un ascensor, conecta el museo con la mina imagen.
El museo se construyó sobre los terrenos de una antigua escombrera,
perteneciente a la cercana mina de San Vicente.
Dentro del museo llama la atención las grandes dimensiones
del mismo. En un primer momento tuvimos media hora aproximadamente para recorrer
por libre el museo, hasta que nos llegase el turno de bajar a la mina.
La parte expositiva del museo es muy completa. Una enorme
noria de tracción humana nos recibe al entrar, la cual era utilizada para
extraer el agua de la mina, y cualquiera puede ponerla en funcionamiento
caminando por su interior. Esta noria es un ejemplo de la tecnología minera más
antigua y a partir de aquí una serie de paneles y recreaciones nos irán
mostrando el proceso de evolución y mejora de la energía, la maquinaria y el
transporte del carbón a lo largo del tiempo. La exposición cuenta además con
multitud de piezas y objetos de gran valor histórico, social y científico
clasificados en diferentes secciones o espacios. Así por ejemplo pudimos
visitar entre otras, la sección dedicada a la enfermería, la lampistería, la
brigada de salvamento minero, instrumentos científicos, explosivos o una
colección de fósiles y minerales. Solamente observar con detenimiento e interés
cada una de las piezas, objetos y paneles de la exposición ya podría llevarnos
todo el día, pero nuestro tiempo era limitado.
Zona expositiva del MUMI |
A pesar de que la parte expositiva es muy completa e
interesante, el principal atractivo del MUMI lo constituye su mina imagen. Así
que una vez llegada la hora de nuestro turno de visita, nos avisaron por
megafonía para acercarnos al ascensor que nos bajaría a la mina.
La duración de la visita a la mina es de casi una hora y
comienza con el descenso en ascensor acompañados de los sonidos que oirían los
mineros al bajar a unos 600 m de profundidad en una auténtica jaula.
Una vez abajo, nos ponemos un casco y comenzamos a caminar junto
con un guía por las amplias galerías de transporte del carbón, a lo largo de
las cuales se pueden observar los distintos tipos de entibado y se recrean algunas
situaciones que contribuyen a crear un ambiente más próximo al de una mina real,
como sonidos, aguas subterráneas o un derrumbamiento del terreno. Hay que
reconocer que la mina está muy lograda y cuenta con un gran realismo.
El recorrido por la mina es de aproximadamente 1km, a lo largo del cual el guía nos va contando la dureza del trabajo de los
mineros y los peligros a los que estaban sometidos, así como las labores que
desempeñaban en sus distintos oficios (picadores, barrenistas, maquinistas,
guajes, etc.), recreados en varias figuras o muñecos durante el trayecto.
Nuestro compañero Héctor en el MUMI |
Más o menos a mitad del recorrido, han puesto en
funcionamiento un tren minero que circula a través de una galería de hormigón
hasta el socavón de la mina San Vicente (no visitable). Se trata de un
recorrido lineal de ida y vuelta, al final del cual, el guía nos comenta alguna
curiosidad sobre el transporte del personal minero en estos trenes. Desde mi
punto de vista, este recorrido en tren no tiene demasiado sentido, ya que se
llega a un punto en el que apenas se ve nada y sin bajarnos del tren, se vuelve
otra vez al mismo punto de partida, aunque entiendo que pueda suponer un
atractivo añadido, especialmente para familias con niños.
Casi al final de la visita es posible adentrarse, de forma
opcional, por una rampa habilitada con una escalera, donde se ve el trabajo de
los picadores, el sistema de frente corrido utilizado para extraer el carbón y
también una rozadora, como ejemplo de la maquinaria más moderna.
Salimos de la mina para terminar de ver la parte de la
exposición que nos quedaba. En general, la impresión ha sido buena y estamos
encantados con la experiencia. Solo un pequeño apunte: como suele ocurrir en
estos casos, la visita pierde algo de calidad con grupos demasiado numerosos
(en nuestro caso probablemente fuéramos más de 60 personas, ya que al grupo que
íbamos en el autobús, se incorporó más gente), se pierde bastante tiempo en
reunir al grupo, sobre todo al comienzo (en el ascensor no pueden ir más de 15-20
personas); la información no llega a todos por igual; y la interacción entre el
grupo y el guía normalmente no es tan cercana, aun así hay que decir que el
guía supo controlar bien el grupo en todo momento y consiguió hacer una visita
muy agradable.
Desde el CIM de Barruelo, recomendamos a todo el mundo que
se acerque a visitar el MUMI, porque realmente merece la pena. Podéis consultar
sus tarifas y horarios en la web (www.mumi.es)
o a través del teléfono 985 66 31 33.
Si quieres saber más sobre cualquier tema relacionado con el mundo del
carbón, no dudes en venir a visitarnos al Centro de Interpretación de la
Minería de Barruelo de Santullán. ¡Te estamos esperando!
Héctor Fuente