miércoles, 25 de mayo de 2016

Conferencia "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"

Conferencia sobre el paisaje minero en la montaña palentina 2016
Conferencia sobre el paisaje minero en la montaña palentina 2016

El pasado miércoles, con motivo del día internacional de los museos, nuestro compañero Fernando Cuevas (guía del Centro de Interpretación de la Minería) fue invitado a impartir una conferencia de una hora sobre "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina".
Tuvo lugar en el salón de actos del Museo de Palencia a las 18:00 y hasta allí se acercaron una veintena de asistentes que pudieron obtener respuesta a varias preguntas tras la charla.
Se dio un repaso a la mayoría de las minas del norte de la provincia, ya sean de carbón o metálicas.


Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"
Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"

Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"
Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"

Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"
Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"

Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"
Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"
  Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"
Fernando Cuevas durante la conferencia de "El Paisaje Minero en la Montaña Palentina"
Óliver del Nozal

miércoles, 18 de mayo de 2016

Aproximación a la cultura material minera. Las fichas

Hoy os traemos una entrada del blog de nuestros compañeros asturianos www.territoriomuseo.com . Podéis acceder a ella pinchando aquí.

De los distintos elementos empleados cotidianamente en la mina, las fichas o jetones son uno de los más pequeños, pero aportan una gran cantidad de información sobre la organización de la actividad en las explotaciones y de las condiciones de sus trabajadores. En la exposición de fichas que ofreceremos en breve en Bustiello, podréis acercaros a estas interesantes piezas. Aquí tenéis una introducción.

Las fichas, también llamadas jetones, son conocidas en Inglaterra y Estados Unidos como tokens y en Francia como “monedas de necesidad”. Se trata de piezas metálicas monetiformes empleadas por diversos tipos de empresas con distintos fines.
El empleo de los jetones se documenta en Europa desde la Edad Media, momento en el que se emplearon los llamados “jetones de necesidad”. Se trataba de fichas monetiformes usadas para llevar la contabilidad, especialmente en instituciones oficiales. En ocasiones estaban relacionadas con la minería, por lo que estas piezas pueden incluirse entre la numismática minera (Calvo Rebollar, 2012: 40), siendo éste el ámbito en el cual van a estar presentes principalmente. En España ya se utilizaban en el siglo XVII. Se conoce que durante la guerra de losSegadors en Cataluña (1640-1652) ya se utilizaban para realizar operaciones mercantiles en la región (Díaz Alonso, 2012: 8).

Otro motivo que llevó a la creación de las fichas fueron los momentos de escasez de moneda, lo que dificultaba las transacciones más habituales. Por ello, los empresarios y comerciantes intentaron paliar la situación imprimiendo sus propias monedas.

Existen diversos tipos y subtipos que se pueden clasificar en varios grupos según su uso. Idea ya empleada por Erns, quien realizó en 1885 el primer intento de clasificación.

FICHAS.

1. Fichas de cálculo y control de tareas.

Conocemos su existencia desde la Edad Media en Europa, denominandose “jetones de cuentas”. Se empleaban para llevar la contabilidad, especialmente en instituciones oficiales.

En el siglo XVIII varias empresas mineras francesas acuñaron piezas que se emplearon como fichas de control del trabajo, representando cada una de ellas un cierto tiempo, probablemente, la jornada completa. Las de la empresaMines du Vieux Condé en Valenciennes, eran de dos tipos, mineur y hercheur, con varias formas en cada caso.

2. Fichas de control de personal y materiales.

Son usadas para controlar el acceso y movimiento de los trabajadores dentro de las instalaciones mineras. Dentro de este tipo, las fichas de lampistería son las más destacables. Aunque habitualmente el minero las entrega a cambio de la lámpara, su misión es de control del personal presente en las galerías, especialmente en caso de accidente. Se caracterizan por llevar un número que identifica a cada trabajador.

Su utilización es diferente según los países y las minas. El sistema más sencillo y habitual es el de España: el minero tiene una sola ficha con su número, que deja en la lampistería cuando recoge allí su lámpara. También existe el sistema de dos o más fichas en Reino Unido y Francia.

Se realizan en latón o cobre, tienen una forma redonda y cuentan con un agujero para colgarlas de un tablero situado en la lampistería. En la década de 1940 y durante la Segunda Guerra Mundial se fabricaron en aluminio pero también existen ejemplos de hojalata, hierro esmaltado, plástico y madera. Este tipo de fichas presenta diferentes diseños en el anverso, mientras que el reverso suele ser por lo general blanco. A lo largo de la historia se ha dado la reutilización de las piezas de latón o cobre, especialmente en los períodos de escasez de estos metales, como en tiempos de guerra.
En las minas del sur de Gales se empleó un tipo especial, conocida como “polo”, más grande que las habituales y con un gran agujero en el centro.

Se conservan muy pocas fichas de lampistería españolas identificables.


Ficha de control de personal del departamento de obras de Fábrica de Mieres. (Colección privada).

3. Fichas de asistencia.

También llamadas jetons de presence en Francia. Son una forma de retribución de las empresas y asociaciones por la asistencia a las juntas directivas o asambleas generales de accionistas. Normalmente son de plata, de tamaño relativamente grande y están decoradas con motivos alusivos. Se conocen varias decenas distintas de fichas de asistencia emitidas por empresas mineras o con intereses diversificados, incluidos los mineros.

4. Fichas-moneda.

Se emplean con dos objetivos distintos. Por un lado, sirven para proveerse del numerario cuando éste era escaso (lo más frecuente en el caso de las monedas antiguas); por otro, también se utilizaban para obligar a los trabajadores a comprar en las tiendas de la propia empresa, aumentando así los beneficios. En este caso se dan dos situaciones distintas, bien se usan en una práctica de tipo general, bien cuando solamente se lleva a cabo con los adelantos solicitados por el trabajador antes del día de la paga.



Ficha moneda de la Sociedad Hullera Española, anverso y reverso (Colleción privada).

También se empleaban para permitir que solamente compren en la tienda de la empresa los trabajadores de la mina, por la dificultad de los suministros en la zona o por la existencia de precios subvencionados por la empresa.

La utilización de monedas particulares para pagar a los mineros se podría remontar a la época romana.

VALES.

Las compañías mineras emitían vales por distintos productos alimentarios para facilitar el aprovisionamiento de sus trabajadores. Con excepciones, como los vales explosivos en las minas de carbón estadounidenses, su efecto sobre la economía del trabajador era beneficioso al garantizarle el suministro de algunos bienes escasos, obtenerlos a un precio más bajo que el corriente de la zona o conseguir ventajas sociales que se añadían al salario.

1. Vales alimentarios.

Los más antiguos conocidos son los utilizados en las minas del Arzobispado de Salzburgo, en Austria, donde se emitieron vales monetiformes para que los mineros pudieran obtener tres tipos de productos: vino, carne y paño, a precios controlados. Los de vino llevaban el diseño de un racimo de uvas. El objetivo era evitar las subidas incontroladas de precios por problemas momentáneos en el suministro, acaparamiento o acuerdos entre comerciantes locales que podrían dar lugar a demandas de incremento de salario por parte de los mineros.

Muchas minas se establecieron en lugares muy alejados de cualquier poblado por lo que la empresa minera tenía que hacerse cargo, al menos inicialmente, del suministro de las necesidades de los trabajadores.

Un cierto número de economatos de empresa y cooperativas obreras, incluidas las mineras, realizaban convenios con vendedores independientes, de modo que los trabajadores podían adquirir productos como pan, leche,... pagándolos a un precio reducido con una ficha especial emitida por la cooperativa.
Además, las cantinas de algunas empresas mineras también utilizaron vales concretos para distintos alimentos o bebidas.



Vale alimentario de Fábrica de Mieres, anverso y reverso (Colección privada).

2. Explosivos.

En muchas minas de carbón estadounidenses los explosivos utilizados corrían a cuenta del trabajador, aunque muchas veces se los suministraba la propia empresa minera, que le descontaba su valor del sueldo. Se realizaba mediante anotaciones en cuenta o vales de papel, pero algunas empresas utilizaron también vales monetiformes para adquirir los explosivos en los almacenes de la compañía. Se conocen 300 diferentes: cantidades de pólvora, dinamita, número de detonadores o incluso artefactos como el cardox.

3. Otros.

Se conocen otros usos diversos de las fichas. Podían emplearse para medios de transporte propios y ajenos como una retribución en especie, así como para llevarse la madera inservible (regulado en una empresa mediante la distribución de vales para uno o dos sacos de madera). Otro uso que tuvieron fue que muchas empresas carboneras también entregaban gratuitamente a sus trabajadores para su consumo cierta cantidad de carbón de clase inferior. En algunos casos, también acuñaban vales monetiformes para el control de las entregas. También hubo vales para el colegio de los hijos de los trabajadores. Se entregaban en el colegio al asistir y los maestros podían cambiarlas por dinero legal. Así se aseguraban que ese dinero se invertía en la educación y la escuela sólo cobraría por los niños que realmente asistían, reduciéndose el absentismo. Finalmente, existen piezas de difícil clasificación y/o uso.



Ficha de assitencia al catecismo, anverso y reverso (Colección privada).

MEDALLAS.

Se trata de un grupo extenso y variado, dado que su carácter conmemorativo o de homenaje es muy amplio. Se han acuñado medallas también “docentes”, como la clasificación mineralógica o los esquemas de máquinas. Muchas de ellas representan hechos de cierta trascendencia, y son obra de los mejores grabadores de cada época.

1. Conmemorativas.

Se acuñan para conmemorar los eventos relacionados con las minas: fundación de la empresa o institución, la entrada en producción (son habituales las medallas acuñadas con el primer metal extraído), un hito productivo, una mejora tecnológica o un cese de la actividad.

También se acuñaron con motivo de la fundación de instituciones relacionadas con la minería, como la fundación o efemérides de Escuelas de Minas o Institutos de Investigación minera y/o geológica ha sido objeto de la acuñación de medallas.

Además, las empresas mineras han acuñado medallas para conmemorar acontecimientos ajenos a ellas: en 1784, el Gremio de mineros de Méjico encargó la acuñación de una medalla para celebrar el nacimiento en septiembre de 1783 del futuro Carlos IV.

2. Homenaje.

A finales del siglo XIX se extendió ampliamente, sobre todo en Francia pero también en otros países europeos, la acuñación de monedas homenaje a personas consideradas importantes en su campo. En general, los participantes en el homenaje aportaban una cantidad de dinero que permitía el encargo del grabado de una medalla a un artista más o menos conocido y la acuñación de un ejemplar en oro para el homenajeado, y de un cierto número de ejemplares en plata, bronce o bronce plateado (el metal dependía de la cantidad aportada por cada uno) para los participantes. El diseño general de estas medallas suele ser muy convencional, con el retrato del homenajeado habitualmente de perfil en el anverso, y una imagen más o menos alegórica, a veces simplemente un texto en el reverso. La calidad de cada artista se refleja en la realización de los retratos y en la elección y ejecución, relativamente libre, del tema del reverso. Muchas sociedades mineras, escuelas de minas u otras instituciones acuñaron medallas de homenaje a sus fundadores o directivos.

Sin embargo, en España apenas se acuñaron medallas de homenaje.

3. Premios.

Son para los reconocimientos individuales, por años de servicio (como las medallas distribuidas, por ejemplo, por la empresa Hunosa), por las actuaciones destacadas, o colectivos, por la calidad de los productos.

Durante la segunda mitad del siglo XIX y a principios del XX se celebraron exposiciones internacionales de carácter general, y también exposiciones monográficas sobre minería y metalurgia, en las que las empresas competían con sus productos. Las medallas otorgadas a los expositores eran en muchos casos nominales, primero grabando la identidad del expositor premiado en una de las caras o en el canto, y posteriormente estampándola mediante una pieza especial al acuñar individualmente cada medalla.

Las fichas son un elemento ligado desde antaño a la actividad minera y han servido para diferentes usos, desde el control de las tareas, pasando por el aprovisionamiento de los trabajadores, hasta el carácter conmemorativo de la actividad. Así podemos apreciar hasta qué punto los pequeños objetos y bienes muebles son importantes para la recuperación del conocimiento de los aspectos materiales de un mundo que hoy ha desaparecido y que ha sido parte de la historia minera de Asturias y de nuestra cuenca minera, pero de la que aún quedan interesantes vestigios, como la colección que próximamente se expondrá en el Centro de Interpretación del poblado minero de Bustiello.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Descripción de un Pozo Vertical.

Castillete de piedra de sillería del Pozo Calero y edificio de sala de máquinas
Castillete de piedra de sillería del Pozo Calero y edificio de sala de máquinas

En Barruelo hemos tenido cerca de un centenar de minas de montaña, el sistema más sencillo y barato de extracción del carbón. Consiste en realizar una serie de galerías horizontales excavadas en la ladera de la montaña y a diferente altura para sacar el carbón.
Pero, ¿qué pasa con el carbón que se encuentra por debajo del nivel del río? El río marca el punto más bajo de un valle y ahí ya no tenemos ladera por la que sacarlo. La solución es hacer un pozo vertical o un pozo plano. Ahora nos centraremos en el vertical.


Pozo Julia (Fabero)
Pozo Julia (Fabero)
El pozo vertical no es más que un agujero en el suelo, normalmente de sección circular, forrado de hormigón o ladrillo, con una escalera de emergencia y por el que circulan las jaulas. Las jaulas son los ascensores de la mina, el sistema de transporte a través del pozo. Están formados por una caja de metal con uno o varios pisos y que cuentan con vías en su interior para poder introducir y sacar los vagones. Las jaulas evitan el bamboleo gracias a las guiaderas, unos carriles de metal o madera que hacen que la jaula no se salga de su recorrido. También van colgadas de un cable que asciende por el pozo y llega hasta el castillete, una torre que normalmente es de metal, aunque tenemos excepciones como el Pozo Calero. Si en el castillete encontramos una polea, el cable pasa por ella y se redirije a la sala de máquinas, que es un edificio que se encuentra en el exterior, cerca del castillete, donde tenemos un torno asociado a un motor eléctrico. Cuando el torno recoge cable, la jaula sube y cuando lo suelta, baja.
Si la maquinaria de extracción se encuentra en el propio castillete, se le denomina skip.


Castillete metálico en la mina visitable de barruelo de santullán
Castillete metálico en nuestra mina visitable


La velocidad de un ascensor que podamos encontrar en la mayoría de edificios, va desde los 0,15 m/s hasta los 3,2 m/s. En el caso de las jaulas de mina, cuando transportan personal, la velocidad puede oscilar entre 4 y 7 m/s. En situaciones de emergencia o cuando sólo están transportando material, algunas jaulas pueden alcanzar hasta 10 m/s, algo similar a una atracción de caída libre. En la Torre Burj Khalifa (828 metros de altura) se encuentra el ascensor más rápido del mundo, que alcanza precisamente, 10 m/s.

La zona en la que se cargan y descargan los vagones en las jaulas se llama embarque y es de donde parten las galerías, que se pueden extender a lo largo de varios kilómetros para comunicar todas las zonas de la mina. 
El pozo se divide en varios niveles, cada uno con su embarque y en nuestro país, los más profundos superan los 700 metros. En el Pozo Calero, el último se encontraba a 480 metros.


Embarque de la mina visitable de Barruelo de Santullán
Embarque de la mina visitable de Barruelo de Santullán

A esas profundidades hay dos grandes problemas que solventar: La acumulación de aguas subterráneas y la ventilación. Trataremos estos temas en otras entradas del blog, pero daremos un par de pinceladas ahora.
Para solventar el problema de las aguas subterráneas, lo más habitual es colocar una sala de bombas en el interior de la mina para que bombee el agua al exterior.
Para poder ventilar un pozo vertical, tenemos que disponer de una salida adicional para que se cree una corriente, ya sea con otro pozo vertical, un plano inclinado o cualquier otra salida donde se suele colocar un extractor o un ventilador.

Si quieres saber más sobre los pozos verticales o cualquier cosa relacionada con la minería, no dudes en venir a visitarnos al Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán. ¡Te estamos esperando!

Óliver del Nozal

miércoles, 4 de mayo de 2016

La mina y la nieve.

Vista de Barruelo de Santullán nevado
Vista de Barruelo de Santullán nevado

En Barruelo, tenemos dos cosas que nos representan: El Calero y las grandes nevadas. Dos cosas que puede que no tengan que ver o que se puedan considerar opuestas.
El trabajo en las minas de Barruelo ha curtido a los habitantes de la comarca, tanto o más que el frío y la nieve, forjando nuestro carácter y haciendo típicas una serie de ritos y costumbres.
Incluso hoy en día, 11 años después de que cerrara la última mina en nuestro pueblo, seguimos celebrando la llegada de las nieves (unos más que otros) casi sin saber porqué.

Grupo de mineros posando en la nieve camino del Pozo Peragido.
Grupo de mineros posando en la nieve camino del Pozo Peragido.

A mediados del siglo pasado, una gran nevada significaba la posibilidad del cese de las labores de extracción en las minas, debido a la dificultad de llegar al puesto de trabajo, la imposibilidad de mantener funcionando el lavadero o de circular los trenes para dar salida al carbón. Este parón "vacacional" significaba que durante ese tiempo, ningún compañero moriría en la mina, no habría que guardar luto por ningún trágico accidente en el que se viera involucrado algún joven de la zona.
Además, eran días de esparcimiento en los que los mineros se olvidaban de la dureza de su trabajo y podían dedicarse al ocio, días en los que realmente, no faltaba de nada ya que el economato tenía víveres para casi un mes de aislamiento. 

Grupo de mineros posando junto a un montón de nieve
Grupo de mineros posando junto a un montón de nieve
Así que ahora ya sabes por qué los barruelanos sonreímos cuando el paisaje negro de nuestras escombreras, se torna blanco ya que por mucho frío que haga, siempre tendremos carbón para calentar la casa.

Óliver del Nozal