Logotipo de UMINSA, la última empresa en explotar las minas de Barruelo |
El Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán se encuentra en uno de los lugares con una mayor transformación demográfica de nuestro país. Estamos hablando de una pequeña aldea de 37 habitantes en la que una tarde de 1838, el cura Don Ciriaco del Río descubrió carbón en el valle de Santullán.
No es hasta finales de 1843 cuando la empresa Esperanza de Reinosa se hace con las primeras concesiones en Orbó. En Barruelo hubo que esperar hasta 1844 para que Collantes Hermanos se hiciera con la primera concesión.
Los primeros años fueron duros ya que el carbón de Barruelo se tenía que llevar en carretas hasta Alar del Rey y desde allí hasta Valladolid a través del Canal de Castilla.
En 1856 llega a Barruelo una gran empresa con intereses ferroviarios y de capital francés; Crédito Mobiliario. La calidad de la hulla extraída en el valle y su excelente situación geográfica hicieron que se invirtiera una gran cantidad de dinero en modernizar las minas y en crear en 1864 un ramal ferroviario que uniera Barruelo con Quintanilla de las Torres, punto de paso de la línea que unía Alar del Rey con Reinosa y que más adelante conectaría Madrid con Santander.
Esta gran inversión se vio recompensada con una enorme producción de mineral y en 1876 había 1.148 empleados trabajando directamente para la empresa.
En 1877, Crédito Mobiliario cedió la concesión de las minas a su filial Ferrocarriles del Norte, la que empleó el 100% del carbón extraído en la fabricación de briquetas para alimentar sus locomotoras.
Durante los siguientes 10 años se modernizaron edificios, maquinaria y herramientas, lo que supuso un importante incremento en la producción colocando a las minas de Barruelo como una de las más modernas y avanzadas de Europa.
En 1887, las leyes de proteccionismo del carbón nacional favorecieron a las minas de Asturias, por lo que Ferrocarriles del Norte empezó a comprar el carbón allí en vez de favorecer sus minas en Barruelo.
En esos 40 años, Barruelo pasó de 37 a 3.255 habitantes, algo para lo que no estaban preparados por lo que hasta que la empresa no se hizo cargo de controlar la vivienda y los servicios, la gente vivía en pésimas condiciones.
Durante el siglo XX comenzó a subir el precio del carbón, por lo que ya no salía tan rentable comprarlo en Asturias. Entre 1905 y 1907, Ferrocarriles del Norte inviertió una gran suma de dinero para modernizar los talleres y el transporte interior, la creación de una central termoeléctrica y un nuevo lavadero.
Por esa época empezaba a escasear el carbón del grupo superior, por lo que se empezó a plantear la construcción de un pozo vertical que explotara nuevas capas y alcanzara gran profundidad. El Pozo Calero.
El pozo se comenzó a construir en 1911, terminando de profundizar en 1914. La alegría por haber terminado una obra tan grande se vio truncada por la I Guerra Mundial. La imposibilidad de traer la maquinaria procedente de Alemania hizo que la producción fuera irrisoria durante los siguientes 3 años, pero los países europeos dejaron de exportar carbón, por lo que las minas españolas tuvieron un gran empuje.
En 1922, Ferrocarriles del Norte crea una filial a la que le vende las minas de carbón, Minas de Barruelo S.A. y en 1928 compra los yacimientos de Vallejo de Orbó.
Barruelo alcanzó su máximo demográfico en 1930, con 8.695 empadronados, aunque superaba los 10.000 habitantes ya que mucha gente venía a vivir aquí atraída por la cantidad de trabajo de las minas. En esa época llegaron a trabajar 1.500 personas directamente para la mina.
En 1941 se nacionalizaron todas las compañías ferroviarias dentro de RENFE y con ellas, las minas de Barruelo. En los años 60 se electrificaron las vías ferroviarias por lo que el carbón de Barruelo dejó de tener salida para la fabricación de briquetas y es por esto que deciden venderlas a Hullera Vasco Leonesa en 1966. Entre 1968 y 1972 se cerraron todas las minas de Barruelo ya que el gobierno no cumplió las condiciones de venta de las minas. Más de 1.000 trabajadores se fueron a la calle y se acabó con la forma de vida de un pueblo que se había dedicado a la extracción del carbón durante más de 100 años.
Tras el cierre, las minas quedaron en propiedad del Banco de Crédito Industrial que las vendió a Altos Hornos de Vizcaya S.A. en 1975, aunque no extrajeron nada de carbón.
En 1980, Hullas de Barruelo S.A. (HUBASA) compra las minas, reactivando el Pozo Calero y comienza con un sistema nuevo de explotación; el cielo abierto. En 1998, HUBASA se integra con Unión Minera del Norte S.A. (UMINSA) dando trabajo a unas 200 personas.
Poco a poco fueron despidiendo a trabajadores y reduciendo la cantidad de carbón extraído hasta el cierre de la última mina en el año 2005. Hoy, 11 años después del cierre de las minas, quedamos en Barruelo menos de 1.000 habitantes, un 10 por ciento de lo que fue en su época de máximo esplendor.
Si quieres saber más sobre la historia de nuestro pueblo o sobre cualquier tema relacionado con la minería del carbón, no dudes en venir a visitarnos al Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán. ¡Te estamos esperando!
Óliver del Nozal
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