jueves, 26 de noviembre de 2015

Charla sobre lámparas de seguridad en el MSM de Sabero.

Cartel del taller de lámparas de seguridad en el MSM
Cartel del taller de lámparas de seguridad en el MSM

Nuestro compañero Fernando Cuevas Ruiz ha realizado una serie de charlas sobre lámparas en el Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero y el pasado 10 de noviembre versó sobre las lámparas de seguridad. Durante las casi 2 horas que duró la ponencia, se habló de la historia de estas lámparas y su importancia para las minas de hulla, se detalló su funcionamiento y se desmontó una de las lámparas para explicar la función de cada pieza.
Hasta el museo se acercaron una veintena de interesados que además, pusieron disfrutar de la exposición itinerante de lámparas en el "Rincón de la Luz".
Podéis ver una colección de fotos de la exposición en el blog de MTIBLOG ,con el que colaboramos de ven en cuando.

Si estás interesado en aprender algo más sobre las lámparas de seguridad, ven a visitarnos al Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo.

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)
Fernando Cuevas en la charla sobre lámparas de seguridad en el MSM (Sabero, 2015)

Óliver del Nozal

viernes, 20 de noviembre de 2015

Las briquetas. El impulso de las minas de Barruelo.

Briquetas expuestas en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo
Briquetas expuestas en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo

En 1856 se fundó Crédito Mobiliario Español, una empresa financiera que quiso diversificar sus fuentes de ingresos. En ese mismo año, le otorgaron la concesión de una de las líneas ferroviarias más importantes del país; la que une Madrid e Irún y junto con la iluminación con gas del alumbrado público, comprendió que le sería mucho más rentable abastecerse con su propio carbón, por lo que compró algunas de las minas de Barruelo, entre otras.
El carbón de nuestra cuenca, hulla semigrasa, es el idóneo tanto para los gasómetros de las ciudades como para la fabricación de aglomerados destinados al ferrocarril. Las briquetas. Además, al estar a solo 12 km de la línea férrea que unía Santander con Madrid era muy fácil darle salida a todo ese carbón. La línea que enlazaba Barruelo con Quintanilla se inauguró en 1864.
Entre 1874 y 1877, Ferrocarriles del Norte (una filial de Crédito Mobiliario Español) adquirió las minas de Barruelo, destinando casi toda su producción a abastecer las máquinas de vapor de las locomotoras de la empresa, por lo que el cok y el uso para gas perdieron importancia.
Todo esto hizo que las minas de Barruelo se impulsaran hasta convertirse en un referente europeo, con importantes pozos verticales y siendo las más avanzadas tecnológicamente del país.

Maqueta en movimiento de la briquetera "Bouriez" expuesta en el CIM de Barruelo.
Maqueta en movimiento de la briquetera "Bouriez" expuesta en el CIM de Barruelo.

El polvo de carbón y los trozos pequeños ahogaban las calderas cuando se intentaban quemar, pero representaban miles de toneladas desperdiciadas por lo que su aglomeración llegó a ser un gran negocio.
Este sistema consistía en calentar el carbón en polvo y mezclarlo con brea seca y alquitrán en diferentes proporciones, introducir la mezcla en unos moldes de madera y ejercer presión con una prensa de tornillo. Mediante este proceso se fabricaban las briquetas, que en Barruelo tenían un peso de unos 8 kg y alimentaban las calderas de los trenes de la compañía.

Exterior de la briquetera "bouriez" en Barruelo de Santullán.
Exterior de la briquetera "bouriez" en Barruelo de Santullán.

En Barruelo hubo varias briqueteras, siendo la última la que usaba el sistema "bouriez". El edificio se encontraba en la zona industrial, cerca del lavadero viejo y originalmente contaba con 2 líneas de producción, pero tuvo una ampliación y terminó funcionado con 3. Gracias a esas líneas se convirtió en una de las briqueteras más importantes del norte del país.

Vista de los vagones enfilados hacia la briquetera "Bouriez"
Vista de los vagones enfilados hacia la briquetera "Bouriez"

Si quieres ampliar información sobre la vinculación de Barruelo con el ferrocarril o la producción de briquetas, no dudes en acercarte a conocernos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.

Óliver del Nozal

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Visita al Pozo Sotón.

Guías del CIM de Barruelo y del Pozo Sotón
Guías del CIM de Barruelo y del Pozo Sotón

El día 16 de noviembre fuimos invitados por Sadim (Sociedad Asturiana de Diversificación Minera, S.A.), perteneciente al Grupo Hunosa (Hulleras del Norte, S.A.) a visitar la explotación minera del Pozo Sotón  en El Entrego (Asturias) junto con la delegación del Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León


Foto de grupo frente a los castilletes del Pozo Sotón.
Foto de grupo frente a los castilletes del Pozo Sotón.

Por motivos de seguridad, no pudimos hacer fotografías ni vídeos, por lo que sólo tenemos del exterior. 
El Pozo Sotón tiene mucha historia y se ha extraído carbón hasta el año 2014. Actualmente sirve como pozo auxiliar del Pozo María Luisa, cumpliendo funciones de mantenimiento y ventilación. Desde junio de este año, se realizan visitas al exterior e interior del pozo, con una duración total de unas 5 horas en donde te llegas a hacer una idea aproximada de lo que es el trabajo del minero e incluso lo vives en tus propias carnes. Una vez que lo visitas, entiendes eso de que "la mina engancha". Valoras mucho más el trabajo de esta gente, héroes anónimos, que con su trabajo y esfuerzo extraen de las entrañas de la tierra el mineral que ha permitido a la humanidad evolucionar de la forma que lo ha hecho y que cada día se enfrentan a peligros que pueden poner en riesgo sus vidas.


Guías del CIM de Barruelo frente a los castilletes del Pozo Sotón.
Guías del CIM de Barruelo frente a los castilletes del Pozo Sotón.

Desde el CIM de Barruelo, hemos disfrutado de esta experiencia al máximo, ya que no es lo mismo que te lo cuenten a vivirlo en primera persona. Poder intercambiar información con los mineros y comprobar in situ los conocimientos teóricos, ver con tus ojos la fuerza de la tierra y "sufrir" las vibraciones de los martillos neumáticos, todo eso no tiene precio y es una experiencia que recomendamos a todo el mundo.
Queremos agradecer la amabilidad y atención prestada por todos los guías (nos acompañaron Pedro, Roge y Rafa) que con su experiencia y buen humor nos abrieron las puertas de su día a día e hicieron que se nos olvidara que nos encontrábamos a 557 metros de profundidad.


Visita del CIM de Barruelo al Pozo Sotón
Visita del CIM de Barruelo al Pozo Sotón

No olvidaremos la emoción al ver aparecer el doble castillete desde la carretera, la sensación de bajar en la jaula y a través de "la jota" o de arrancar el carbón martillo en mano. No queremos desvelar más información para no eliminar el efecto sorpresa y una vez más os animamos a reservar plaza en una aventura que os encantará. 

Óliver del Nozal

lunes, 16 de noviembre de 2015

La lámpara de seguridad. El impulso que necesitaba la hulla.

En las minas en las que no había grisú, históricamente se han usado para la iluminación los candiles de aceite, pero daban poca luz por lo que pronto fueron sustituidos por lámparas de acetileno (los carbureros). Estas lámparas iluminan mucho pero al generar una llama, no eran compatibles con la extracción de hulla, un carbón grisuoso.
Candil de aceite "sapo"
Candil de aceite "sapo"
Carburero de "Unión Cerrajera Española"
Carburero de "Unión Cerrajera Española"   

Para solucionar este problema, se inventó la lámpara de seguridad (Davy 1816) que consiste en una lámpara de aceite cubierta por una rejilla metálica. A partir de ahí, todo empezó a evolucionar hasta lo que se conoce hoy en día y que dispone de un cristal rodeando la llama, la doble rejilla por encima cubierta por una coraza de acero, un mecanismo de encendido y un cierre magnético para que no se pudiera manipular en la rampla.
Estas lámparas eran muy eficaces incluso con altas concentraciones de grisú y corrientes fuertes de aire, siempre que no se manipularan fuera de la lampistería. En ocasiones, el sistema de encendido no funcionaba y para ahorrar tiempo, en vez de ir a la lampistería, abrían la lámpara para encenderla a mano, con el consiguiente riesgo. En algunas minas, como las de Barruelo, tuvieron que agregar un segundo cierre para evitar accidentes.

  Lámpara tipo Davy de Casajuana utilizada en Barruelo
Lámpara tipo Davy de Casajuana utilizada en Barruelo

La coraza y la armadura, protegían la lámpara de posibles golpes con las rocas. Las rejillas se hacían con hilos de hierro o latón creando un entramado suficientemente fino para que el gas lo atravesara en ambas direcciones con una temperatura inferior a la de explosión y advirtiera con tiempo al minero de la presencia del grisú.
El depósito estaba relleno de guata o algodón para absorber el combustible que solía ser bencina (el mismo sistema que los encendedores zippo). 
Los primeros mecanismos de encendido eran por una cinta fosforada pero al final, lo más habitual era encontrarlos de aleaciones de cerio (como las piedras de un mechero).

Lámpara tipo Wolf que trabajó en Barruelo
Lámpara tipo Wolf que trabajó en Barruelo


Pero no todo eran ventajas. Las lámparas de seguridad alumbraban muy poco, muchísimo menos que un candil de aceite y eso acarreaba una serie de enfermedades como los nistagmus

Una vez que se inventaron las lámparas eléctricas, las de seguridad no se dejaron de usar ya que era la única forma de advertir la presencia del grisú. Cuando aparecía el gas, la llama se alargaba y se tornaba azul, por lo que además de la lámpara eléctrica, tenía que haber una de seguridad. Actualmente existen medidores electrónicos de grisú, por lo que ya no hace falta cargar con ellas.

Aspecto de la llama de una lámpara de seguridad en diferentes mezclas grisuosas (Compendio de laboreo de minas F.Heise - F. Herbst)
Aspecto de la llama de una lámpara de seguridad en diferentes mezclas grisuosas (Compendio de laboreo de minas F.Heise - F. Herbst)


Gracias a este invento, las minas de hulla pudieron empezar a explotarse de forma segura y se pudo abastecer la demanda de briquetas para las locomotoras y de gas para el alumbrado público de las ciudades.

En el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo tenemos una gran colección de lámparas, entre las que destacan varias de las lámparas de seguridad de las que hemos hablado. ¡Acércate a conocerlas!

Óliver del Nozal

viernes, 13 de noviembre de 2015

El Grisú. La muerte invisible.

El grisú es el nombre que se le da en minería al gas metano. Se forma a la vez que el carbón, durante el proceso de carbonificación se libera el gas que queda adsorbido en su mayor parte entre las moléculas de carbón mientras que un poco (en torno al 5%) se almacena entre las grietas formando bolsas.
Queremos destacar que no todos los carbones tienen grisú, se encuentra principalmente en la hulla y raramente en algunas antracitas.

Cuando el picador rompe el carbón, el grisú que hay en las grietas sale y se mezcla con el aire. El espacio que queda libre en las grietas, automáticamente es ocupado por el grisú adsorbido en el proceso que se conoce como desgasificación.
Cuando la concentración de grisú es entre el 5 y el 15% se convierte en explosivo, aunque con un 4 y un 16 % es inflamable y puede reforzar la combustión del polvo del carbón, por lo que nunca se debe dejar subir del 3%. Hasta que se inventaron los detectores de grisú (grisuómetros), el método más eficaz para detectar el gas eran las lámparas de seguridad. En presencia del metano, la llama se estira y se torna azulada, por lo que si el minero lo ve, tiene tiempo para salir.

Aspecto de la llama de una lámpara de seguridad en diferentes mezclas grisuosas (compendio de laboreo de minas F.Heise - F. Herbst)
Aspecto de la llama de una lámpara de seguridad en diferentes mezclas grisuosas (Compendio de laboreo de minas F.Heise - F. Herbst)
Al abrir el Pozo Calero, encontraron un comportamiento del grisú diferente, por lo que tuvieron que crear una categoría nueva de peligrosidad; la categoría 4. A esto se le llamó desprendimiento instantáneo de grisú y se comporta parecido a los desprendimientos de gas carbónico. En este proceso, se destruye la cohesión del carbón y se puede liberar de forma repentina el gas encerrado en los poros. La presión interna del gas reduce el carbón a pequeños fragmentos, los gases se dilatan y arrastran el carbón pulverizado. El proceso es similar a cuando agitamos un refresco con gas y lo abrimos. El gas del interior arrastra el líquido condigo de forma explosiva. Cuanto más gas se libera, más carbón se destruye y eso hace que se libere más gas, por lo que entra en un ciclo vicioso.

Los desprendimientos instantáneos no se pueden predecir ni evitar al 100%, por lo que son extremadamente peligrosos.

Si quieres conocer más sobre el grisú o las lámparas de seguridad, no dudes en acercarte a vernos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.

Óliver del Nozal

jueves, 12 de noviembre de 2015

La atmósfera minera. Un medio hostil en el día a día.

La buena ventilación es posiblemente, el problema más importante en una mina de carbón. La atmósfera minera es uno de los medios más hostiles en los que se puede encontrar un trabajador y si la ventilación falla, la vida de los mineros corre peligro.

Los principales componentes de este ambiente son: Monóxido de Carbono (CO), Dióxido de Carbono (CO2), Óxidos Nitrosos (NO y NO2), Sulfuro de Hidrógeno (SH2), Grisú (CH4), Dióxido de Azufre (SO2), Hidrógeno (H2) y polvo.
Algunos compuestos son tóxicos (que reaccionan con la sangre y pueden provocar la muerte), otros desplazan el aire (al respirar algo que no sea aire se muere por asfixia), los hay que son explosivos y otros dificultan las condiciones de trabajo afectando a la salud a medio plazo.
No debemos olvidar que la ventilación también sirve para enfriar el aire ya que el gradiente geotérmico aumenta 3 grados cada 100 metros.

Sea como fuere, hay que evitar que todos estos gases alcancen una concentración crítica y si no se consigue, los mineros tendrían otra oportunidad de salir haciendo uso del autorrescatador.
Para evitar esto, se utilizan dos tipos distintos de ventilación: La primaria, que es la que se da cuando se genera una corriente con un orificio de entrada y otro de salida, y la secundaria, que es la que se fuerza con ventiladores o tuberías rizadas.

Haremos un pequeño resumen de los gases con los que nos podemos encontrar.

Monóxido de Carbono: Es un gas tóxico, incoloro, inoloro e insípido por lo que hasta que se inventaron sistemas modernos de detección, se usaban animales. En la zona de Barruelo eran canarios y jilgueros por su color amarillo y aparato respiratorio pequeño. Con pequeñas cantidades de CO se desmallan y advierten a los mineros de la presencia del gas. Para tratar la intoxicación, lo mejor es hacerles respirar oxígeno puro.

Dióxido de Carbono: Es un gas asfixiante que se acumula en zonas mal ventiladas (fondos de saco, galerías abandonadas...) Desplaza al oxígeno y provoca la muerte por asfixia. También es incoloro e inodoro, aunque es ligeramente ácido en lo que al sabor  se refiere. Apaga las lámparas, por lo que era la forma de detectarlo.

Óxidos Nitrosos: Gases tóxicos que provocan la muerte por edema pulmonar. De olor acre y color pardo, se producen al realizar la pega (la voladura controlada) como subproducto de los explosivos. 

Sulfuro de Hidrógeno: Muy tóxico, pero fácilmente reconocible por su olor a huevos podridos. Se forma por la descomposición de la materia orgánica en presencia de compuestos sulfurados. El tratamiento del minero intoxicado es con oxígeno puro.

Grisú: Está formado en su mayoría por metano y es inodoro, incoloro, asfixiante e inflamable. Es explosivo en concentraciones entre el 4 y el 16% y puede provocar la muerte por asfixia. Hablaremos largo y tendido sobre este gas en otros artículos.

Dióxido de Azufre: Es un gas tóxico, incoloro y de olor picante y que puede provocar la muerte por edema pulmonar.

Hidrógeno: Es un gas asfixiante (en muy altas concentraciones) y explosivo. Se libera al usar algunos explosivos y por manipulación de las baterías.

 Polvo: Al arrancar el carbón, se levanta mucho polvo que queda en suspensión en el ambiente. Este polvo es inflamable y es el causante de la neumoconiosis (silicosis) entre otras enfermedades.

Si quieres conocer más sobre la ventilación en las minas y los gases que puedes encontrarte en ellas, acércate a conocernos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.

Óliver del Nozal

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Pica de picador. La extracción manual del carbón.

Pica de picador de Barruelo
Pica de picador de Barruelo

Hasta mediados del siglo XX, las minas de Barruelo no se dotaron de forma generalizada con martillos neumáticos. El sistema de extracción del carbón era totalmente artesanal, con picas de picador.

Esta pica, era la herramienta básica de trabajo del picador, una cabeza de metal con puntas afiladas en los extremos y un mango de madera. La forma de la pica podía variar en función de la zona geográfica en la que se encontrara la mina de carbón, pero el funcionamiento es universal.

Picas, vate y picachón procedentes de Alemania.
Picas, vate y picachón procedentes de Alemania.


Es una pica ligera, fácil de usar con una sola mano, con un mango de madera más o menos largo en función de la capa y del uso, ya que no se usaban sólo para picar carbón.
Había picas especiales, como las de una sola punta, los vates 
(usados por los camineros para colocar las vías) o los picachones, que no tuvieron mucho uso en la minería del carbón.

Óliver del Nozal

jueves, 5 de noviembre de 2015

El Autorrescatador; una hora más de vida.

El autorrescatador es una de las diferentes herramientas de que dispone el minero como elemento de seguridad. Se puede definir como un dispositivo de respiración personal, de un solo uso, en caso de que la atmósfera minera se llene de gases tóxicos (CO, grisú...). Mediante un proceso químico, transforma el aire contaminado en aire respirable, con una autonomía de hasta una hora.

Autorrescatadores expuestos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.
Autorrescatadores expuestos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.

Está formado por una caja de metal, normalmente de acero para soportar los posibles golpes, que contiene unas pinzas para la nariz y el dispositivo de "filtración", que se fija a la cabeza con una cinta y se aprieta con los dientes una boquilla por la que se respira.

Autorrescatadores expuestos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.
Autorrescatadores expuestos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.

Desde el momento en el que se empieza a usar el autorrescatador, ya no se puede hablar y el proceso químico aumenta la temperatura del aire inhalado, por lo que mientras la temperatura siga siendo alta, no se debe dejar de usar.
Es un equipo con el que entran todos los mineros y que en muchos casos ha sido clave para su supervivencia.

Si quieres saber más sobre los autorrescatadores, no dudes en acercarte a conocernos en el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán.

Óliver del Nozal

La Maquinilla. Noventa años de vapor en Barruelo.

Locomotora Coulliet en Barruelo de Santullán.
Locomotora Coulliet en Barruelo de Santullán.

Uno de los eternos problemas en las minas de carbón fue el servicio de transportes, tanto en el interior, desde los tajos a la bocamina, como desde la bocamina hasta lo centros de lavado y transformación, en las zonas industriales de las cuencas. Barruelo como el resto de las minas, en el siglo XIX buscó constantemente la mejora de estos transportes.

En un principio los minerales en Europa se trasladaban en cestos que cargaban, en muchos casos, mujeres y muchachos, pero es de destacar la enorme mejora que supuso para el transporte la introducción del raíl. Inicialmente los vagones fueron empujados por vagoneros, pero pronto se sustituyeron por la fuerza animal (machos, mulas o bueyes) que descargaron de pesados esfuerzos al minero. Este tipo de transporte denominado "a sangre" ha perdurado en varias tareas de las minas de Barruelo hasta tiempos bien recientes. Aunque también es cierto que nuestras minas fueron pioneras introduciendo nuevos sistemas que en otras cuentas tardarían años en llegar.
Uno de esos adelantos en los sistemas de transporte, motivo de admiración en la época, fue el tranvía construido en 1887, que con un sistema de planos inclinados automotores y tramos de vía, bajaba el carbón desde lo más alto del valle de San Juan (por debajo de la Chimenenona) hasta los lavaderos de carbón situados en la estación de Barruelo, salvando un desnivel de 305,115 m.

El costo de la obra se estimó en 610.000 reales, con los que se pagaron las expropiaciones y se realizaron explanaciones para cinco tramos de vía. Estos cintro tramos estaban unidos por otros tantos planos automotores de distinta longitud y desnivel, sobre ellos, los vagones de carbón descendían por un plano inclinado mientras en una vía paralela subían a contrapeso otros vagones vacío o cargados con materiales para las minas.


Vagones tirados por un buey en Barruelo de Santullán.
Vagones tirados por un buey en Barruelo de Santullán.

Por estas vías circulaban, en un principio, convoyes con nueve vagones conducidos por un solo conductor y cada tres vagones una mula. Se movían a una velocidad de 15 km/h durante doce horas diarias, transportando 200.000 kg y supuso un gran ahorro respecto al costo de bajar el carbón por medio de carros.
No se conformaron con estas mejoras y, recién finalizadas las obras del tranvía, se estudió la conveniencia de sustituir la fuerza animal por máquinas de vapor. Se encargaron dos de estos innovadores ingenios que vinieron desde Bélgica, para poner a Barruelo al nivel de las cuencas más avanzadas de Europa.
Estas locomotoras Cuillet costaron 9.000 pts cada una y redujeron el coste del transporte de carbón, desde los 15 reales por tonelada cuando se usaban caballerías, hasta los 1,2 reales, por lo que se pagaron en un año.


Locomotora Couillet, "la maquinilla" en Barruelo de Santullán.
Locomotora Couillet, "la maquinilla" en Barruelo de Santullán.

Estas locomotoras pesaban 3.000 kg vacías y 3.800 con su carga de agua y carbón. Tenían una fuerza de 9 caballos de vapor y con sus dimensiones de 3,10 metros de largo y 2,17 metros de alto, eran capaces de subir, además de su propio peso, 10 toneladas brutas por una rampa del 2%.

Los nuevos tranvías y el ahorro en el costo de las nuevas locomotoras supusieron grandes ventajas para las minas, que de inmediato vieron la necesidad de adquirir nuevas máquinas que ampliasen el servicio al resto de los tranvías.

A principios del siglo XX las minas de montaña situadas en el Valle de San Juan empezaron a dar síntomas de agotamiento, por lo que Ferrocarriles del Norte realizó varios estudios para atacar las reservas de carbón situadas por debajo del nivel de las aguas. decide entonces proyectar la construcción de un pozo vertical denominado del "Grupo inferior", pero que siempre se ha conocido como El Calero. Su profundización se inició en 1911 y se dio por terminado en 1914. Para sacar la producción del pozo, se enlazó el primer nivel con una antigua galería de la bocamina "El Porvenir" que finalizaba en Barruelo junto a los lavaderos de carbón. Se aisló esta galería de las explotaciones para permitir una segura electrificación y arrastrar los vagones por medio de máquinas eléctricas (trolers). Con la construcción de estas obras, en antiguo tranvía exterior se vio innecesario y fue perdiendo importancia hasta su final desmantelamiento.


Locomotora Coulliet "La maquinilla" e ntrando en Perajido.
Locomotora Coulliet "La maquinilla" e ntrando en Perajido.


Pese a ello, las Coullet no aparcaron su protagonismo y así, era corriente verlas, tambiñen, realizando labores de transporte por dentro del cerco industrial y en años posteriores subiendo los estériles del lavadero hasta el plano automotor que los izaba hasta lo más alto de la escombrera del Porvenir al pie de la Peña del Arco. 

Muchos de los recuerdos de nuestra infancia se encuentran unidos al vapor de estas locomotoras, estos pequeños trenes se convirtieron en un elemento más d ela vida diaria de los barruelanos que para referirse a ella, todos usaban el diminutivo cariñoso de "la maquinilla". 
Con la maquinilla los guajes de Barruelo presumían de tener un pequeño tren con el que algunos privilegiados disfrutaban de furtivos paseos con la complicidad del maquinista.


Familia posando frente a "la maquinilla" en Barruelo de Santullán.
Familia posando frente a "la maquinilla" en Barruelo de Santullán.


Cuando se cerraron la sminas, máquinas y personas se quedaron sin trabajo. Mineros y locomotoras se desperdigaron por la geografía española. Tres de las maquinillas reposan en Zaragoza, donde llegaron después de ser compradas como chatarra. Mejor suerte corrió la Coulliet que se exhibe restaurada en el Museo del Ferrocarril de Madrid.

Óliver del Nozal